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¿Qué es la Tartamudez?

Entendiendo el problema
ConsúltanosAcerca de José Cava

¿Qué es la Tartamudez?

La tartamudez o disfemia es un problema complejo. En la tartamudez que intervienen dos factores: los hábitos incorrectos de habla, creados por los esfuerzos instintivos que la persona hace para no tartamudear, y el miedo o la ansiedad que surgen en las situaciones de habla en la persona que tartamudea. Esta ansiedad puede contribuir al desarrollo de la tartamudez o aparecer más tarde como consecuencia de ésta. En cualquier caso, hábitos incorrectos de habla y ansiedad se refuerzan mutuamente y facilitan la cronificación del problema.

Tipos de Tartamudez

En la tartamudez se dan dos tipos de dificultades al hablar. Por una parte está el bloqueo tónico, en el que hay una detención completa del flujo sonoro. Por otra parte se da también el bloqueo clónico, o repetición del mismo sonido sin ser capaz de avanzar al sonido siguiente.  

La tartamudez puede ser de diferente severidad según las situaciones. Unas personas pueden atascarse más leyendo que hablando y para otras es más difícil hablar por teléfono que cara a cara. En otros casos el problema aparece al hablar con personas desconocidas, en vez de con alguien con quien tienen más confianza.  

La aparición del problema puede estar asociada a situaciones o condiciones muy concretas. Por ejemplo, un paciente puede atascarse únicamente cuando habla por teléfono, o cuando lleva diez o quince minutos hablando, pero en otras situaciones mostrar un habla fluida perfectamente normal.

La tartamudez no es un problema únicamente de habla, sino también psicológico porque aparece estrechamente ligado a ciertas situaciones. Como norma general, si la persona habla sola, el problema no se produce o lo hace de forma mucho menos severa

 

Control del habla

Cuando una persona siente miedo a tartamudear intenta controlar el habla para evitar el atasco o para salir de él. El problema es que el habla es una conducta muy automatizada que requiere la activación y coordinación rápida y precisa de bastantes músculos, por lo que es difícil de controlar voluntariamente excepto cuando se habla muy despacio. 

La ansiedad aumenta la tensión de los músculos, en especial de los involucrados en el aparato fonatorio (pulmones, cuerdas vocales, lengua, mandíbula) facilitando los atascos. Cuando los músculos están tensos por la ansiedad, cuesta más tener un control fino de nuestras conductas motoras, en concreto del habla. 

Intentar controlar voluntariamente el habla es una reacción natural que se produce cuando uno siente miedo, pero que lleva normalmente al empeoramiento del problema. El habla debe ser un acto automático, sin esfuerzo por parte de la persona. Se ha llegado a definir la tartamudez como los esfuerzos que la persona hace por no tartamudear. 

 

Miedo y ansiedad en la tartamudez

Podríamos decir que el miedo, la ansiedad y el estrés que la persona que tartamudea siente ante las situaciones de habla, sean pasadas, presentes o futuras, es el principal problema de la tartamudez, y entraña un sufrimiento devastador. 

Prácticamente la totalidad de los pacientes con tartamudez que he tratado califican su problema de habla como el más importante en su vida. De hecho, con frecuencia la tartamudez suele crear trastornos de verdadera fobia social que obligan a la persona a recluirse y evitar el contacto y la comunicación con otras personas. 

¿Cúando se produce el tartamudeo?

La tartamudez se produce principalmente cuando la persona sabe que la escuchan y se siente evaluada. También pueden aparecer atascos cuando uno habla solo, pero normalmente son menos intensos y menos frecuentes que cuando se siente escuchado por otras personas. Esto es debido a la ansiedad que produce el miedo a atascarse y a que otras personas descubran que tartamudea. También afectan los juicios y valoraciones negativas que cree que otras personas harían. 

Si el problema se presenta con una intensidad y frecuencia parecidas cuando uno está solo o cuando canta, se trataría probablemente de una tartamudez de tipo neurogénico que debería ser valorada por un médico especializado. 

Los pensamientos y las interpretaciones que la persona hace de las consecuencias que asocia a su dificultad para hablar, fundamentalmente lo que pensarán los demás, se convierte en una fuente importante de estrés y ansiedad. Esto provoca un aumento de la tensión muscular, dificultando la producción normal y fluida del habla y, por tanto, intensificando el problema.

Desesperanza

Después de años intentando controlar la tartamudez sin éxito, es fácil que la mayoría de personas que tartamudean desarrollen la creencia de que conseguir hablar con fluidez es muy difícil o imposible. Sin embargo, es muy importante saber que es posible corregir la tartamudez o mejorarla significativamente en casi todos los casos.

Los pensamientos y sentimientos de desesperanza al pensar que no será posible conseguir hablar con fluidez, son uno de los principales obstáculos de tipo psicológico, junto con la ansiedad, que pueden retrasar o impedir la corrección de la tartamudez.

Este sentimiento de impotencia y de pesimismo, denominado en psicología impotencia aprendida, dificulta o bloquea nuestra capacidad de aprender y poner en práctica acciones correctivas que pueden ayudarnos a corregir la tartamudez.

 

Métodos para la corrección de la tartamudez

No hay un método estandarizado para la corrección de la tartamudez. Probablemente esto se deba a que es un problema complejo multidisciplinar, tanto psicológico como de hábitos incorrectos de habla. A lo largo del tiempo han ido surgiendo multitud de métodos para corregir este problema, con resultados muy variables. A grandes rasgos, la mayoría se centran en técnicas de modificación del habla, sin prestar atención a la ansiedad que está presente en más o menos medida en la gran mayoría de las personas que tartamudean.

Las técnicas de habla se pueden clasificar, a su vez, en dos grandes grupos: técnicas facilitadoras de la fluidez y técnicas de modificación del tartamudeo. Este último grupo de técnicas de modificación de conductas de tartamudeo, supone con frecuencia la realización de conductas voluntarias de tartamudeo o hablar de forma extraña (silabeando, prolongando excesivamente los sonidos o ejerciendo una presión de aire muy alta al hablar).

Aunque son técnicas efectivas, esta forma “extraña” de hablar puede ser para muchas personas que tartamudean incluso más incómoda e inaceptable que la propia tartamudez.

También se han desarrollado desde hace unas décadas diversas tecnologías de ayuda al habla (metrónomos portátiles, retroalimentación auditiva con demora – DAF por sus siglas en inglés-, que pueden incluir también variación de la frecuencia). Estas ayudas pueden conseguir mejorías rápidas, a veces sorprendentes, pero suelen ser temporales y no durar más de unas semanas.

Abordaje integral

Para que un tratamiento de tartamudez sea efectivo es necesario hacer un abordaje integral de los dos factores principales que contribuyen a mantener la tartamudez: ansiedad y hábitos incorrectos de habla. Si solamente se trata uno de ellos lo más probable es conseguir mejorías parciales o que sean temporales.

Mi amplia experiencia clínica tratando pacientes, cientos de ellos con tartamudez, me ha permitido desarrollar un tratamiento diferente y muy eficaz para este problema. El tratamiento integra estrategias y técnicas facilitadoras de la fluidez con la hipnosis y otras técnicas psicológicas para conseguir los mejores resultados. Por eso lo denomino Tratamiento Integral de la Tartamudez.

Si quieres saber más sobre como influye el miedo y la ansiedad en la tartamudez, haz click en el vídeo

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